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Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven, antes que se rompa el cordón de plata, se quiebre la escudilla de oro y el cántaro se quiebre junto a la fuente y la rueda se haga trizas en la cisterna; y el polvo vuelva a la tierra de donde vino, y el espíritu regrese a Dios que lo dio. Vanidad tras vanidad, dice el Predicador; todo es vanidad.

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